TerryEagleton afirma que para hablar de teoría literaria es necesario saber qué es
la literatura, pregunta que muchos han querido responder y pocos, o nadie, lo
ha logrado.
Si bien la ficción era el criterio más firme para
discernir entre lo que es literatura y lo que no lo es, esa certidumbre ha
desaparecido puesto que obras religiosas, políticas, filosóficas e incluso
científicas también se llegan a considerar literarias y, por otra parte, las
tiras cómicas siendo totalmente ficcionales no forman parte de las “bellas
letras”.
Los formalistas rusos veían a la literatura como “como un
conjunto más o menos arbitrario de "recursos"” (Eagleton 7) que desempeñan una
función determinada, cual máquina cuyas leyes y elementos propios garantizan su
funcionamiento. Así, focalizaron su atención en la forma de los textos
literarios, siendo el contenido una motivación para ensayar recursos narrativos.
Definieron a la literatura a partir de la violación del lenguaje ordinario. Es
decir, cómo el uso de la lengua se aleja del que le da un hablante común y
tiene el poder de hacer al lector ver a un objeto automatizado por la cotidianeidad y lo parco del lenguaje común
como si fuera la primera vez devolviéndole el aire extraño y atractivo. Nos hace
leer de una nueva forma. Así, la rarefacción del mismo se logra mediante el
incumplimiento de la norma.
Sin embargo, ¿de qué norma hablaban si ésta cambia
según el lugar, momento, clase social, sexo, edad, etc.? “Lo literario” depende
del contexto en el que se inserte. Aquello que consideramos hoy literatura
puede no coincidir con lo que en tiempos pasados entraba en dicha categoría o
en el futuro llamemos “bellas letras”. Incluso aún en este mismo momento
histórico el criterio del mundo occidental y el del oriental difieren sobre las
obras que consideran canónicas. Ni el mismo Shakespeare ni el Manco de Lepanto están
a salvo de caer en el olvido. Probablemente, en el futuro dejen de ser canon y
la literatura indígena sea la orden del día. Además, no todo lo ajeno a la
norma puede considerarse “literario” como pueden ser las jergas lingüísticas. Incluso
si toda desviación de la norma fuera utilizada comúnmente perdería su carácter
desautomatizador y se volvería norma.
Por otra parte, la literatura para este grupo de
críticos rusos no era un pretexto para reflejar un pensamiento particular, la voz
de un autor –como muchos sostienen–, o un vehículo de ideología. Eagleton
entiende por ésta los “modos, de sentir, evaluar, percibir y creer que tienen
alguna relación con el sostenimiento y la reproducción del poder social” (Eagleton 14) . Por lo tanto, el
fin pragmático que muchos buscan en ella no tiene cabida para los formalistas
dado que se utiliza un lenguaje autorreferente, por lo que lo narrado no habla
de una realidad específica sino de una generalización. El texto se refiere a sí
mismo.
Como podemos ver, llegar a una definición clara de
qué es la literatura es una tarea imposible por las variables que hemos
descrito ya. Los criterios cambian a lo largo del tiempo y el espacio y sólo
podemos reunir una serie de rasgos que pueden cumplir las obras literarias del
momento. Así, no llegaremos más que a un
consenso sobre qué es “lo literario” mas no de la literatura en sí. “Se deja la
definición de literatura a la forma en que alguien decide leer, no a la
naturaleza de lo escrito” (Eagleton 10) . Cada sociedad lee y
enfoca la obra a partir de sus inquietudes e intereses dándole el sentido que
ella escoge, es decir, reescribiendo la obra misma. En consecuencia, sólo
podemos hablar de una categoría mutable que se explica a partir del contexto,
vacía de contenido.
No obstante, la primera objeción que se realiza
sobre lo alterable del concepto atiende a la subjetividad del mismo. Al respecto,
Eagleton se defiende asegurando que todo enunciado es por naturaleza
interesado, porque el mero hecho de pronunciarlo siempre tiene el propósito de
influir en el receptor a quien considera digno de escuchar su mensaje para que satisfaga
su necesidad. Además, cuando intervienen factores sociales como los que ya hemos
mencionado anteriormente, los juicios de valor no suelen ser tan azarosos,
menos aún cuando caminan paralelamente con la ideología.
En conclusión, la literatura no puede ser definida.
En cambio, “lo literario” se considera una categoría inestable y socialmente definida por convención. La literatura no existe literalmente.
Bibliografía:
Revisado.
ResponderEliminar