A los que decidimos faltar a la clase de
Análisis Literario por asistir al XII CONELL Puebla 2014 se nos pidió que
escribiéramos una reseña sobre el evento al que asistimos en lugar de la clase.
En mi caso, ni asistir a clase, ni asistir al evento en turno fue posible. Fui la
organizadora general del congreso y eso implica tareas muy diversas y
simultáneas que se resumen en: tener todo listo y realizar el XII CONELL. Parece
poco cuando se ve una lista de cerca de cincuenta personas que colaboraron en
el comité organizador, sin embargo, el trabajo es mucho mayor de lo que parece.
La tercera opción: si eres de los organizadores, escribe sobre tu experiencia. Pues
ahí va.
Faltar
a clase más allá de una decisión, se trataba de una obligación y de un
compromiso mucho mayor. Como organizadora general de un evento de tal magnitud
puedo decir que coordinar el XII CONELL ha sido una de las más grandes
experiencias de mi vida. Si bien no puedo considerar éste un trabajo formal, ya
que no tiene remuneración económica de ningún tipo, el esfuerzo, tiempo,
compromiso y entrega invertida en este proyecto durante meses así lo parece. Además,
aunado a los múltiples obstáculos que encontramos dignos de cualquier trabajo,
podría decir que he probado un poco del despiadado mundo laboral real teniendo
aún un pie en la cuna. Ojalá pueda sacarlo pronto.
Como
estudiantes que somos no podemos dejar de lado ni mucho menos resistirnos al
avance tecnológico ni a la innovación. Si algo caracteriza a la juventud es la
capacidad de hacer a un lado los riesgos y lanzarse a lo desconocido, porque ni
el miedo ni la prudencia son una razón de peso para los que estamos chavos. Sin embargo, en las ideas más
primarias, más atrevidas y menos pensadas es donde se gestan los cambios. La
pregunta no debe ir hacia la factibilidad del cambio, porque la historia nos ha
comprobado que lo no del todo factible no implica lo potencialmente realizable,
sino que debe ir hacia la trascendencia del mismo. Estas breves palabras son
por las que y para las que el XII CONELL Puebla surgió en este 2014.
En Puebla se reunieron
dos necesidades básicas para nosotros, la respuesta a dicha pregunta y el deseo
por compartirla, pero a la vez, en nuestra ciudad, se abrió el medio para
satisfacerlas. A Puebla regresó por fin el Congreso Nacional de Estudiantes de
Lingüística y Literatura, después de doce años. Aquí nació la idea de permitir
la convivencia, el intercambio de ideas y promover el florecimiento intelectual
de los alumnos de nuestras carreras, para su enriquecimiento humano y
desarrollo académico y creativo. Aquí vimos que la idea se transformó en
acciones, vínculos y medios; y, después de más de una década, se atisba ya su
camino a la trascendencia. No obstante, este año al reformularse los eventos de
la RedNELL quisimos marcar una nueva era para los años venideros. Nos
arriesgamos a innovar en distintas áreas como la convocatoria, los medios de
difusión, la organización del evento y la logística del mismo. En días pasados
vimos el resultado de nuestro experimento.
Por el gran trabajo que han realizado tanto
autoridades, como los integrantes del comité organizador, los delegados de cada
estado y los participantes y asistentes, estábamos seguros de que el XII CONELL
sería el gran evento que imaginamos Carlos y yo hace dos años cuando nos
hicimos cargo de la delegación de Puebla. Así lo fue. No dejamos de escuchar
más que buenos comentarios, felicitaciones por todas partes y un gran y rotundo
“GRACIAS Rednell Puebla”. Pero, como siempre, hay cosas buenas y malas. También
hemos recibido comentarios muy duros y reclamos muy alejados de la crítica
constructiva. Más bien, ecos de voces que deseaban ser parte del evento y por
su orgullo no se acercaron a la puerta abierta que siempre tuvimos. Así como
ellos, muchos pidieron agregarse al equipo y fueron bien recibidos, a nadie
dimos un no por respuesta si se comprometían a trabajar sin importar las
diferencias personales. En cambio, es muy sencillo levantar falsos y difamar
sin sustento, pues si estuvieran dentro sabrían cómo funcionan las cosas, lo
difícil que es realizarlas y lo fácil que es hablar desde la superficie.
En
cuanto al proceso puedo decir que ha habido de todo. En el equipo desde personas
que trabajan autónomamente y que libremente cumplen con sus tareas sin
necesidad de supervisión, hasta gente que dejó su compromiso y luego pidió su
recompensa; con las autoridades desde grandes puestos administrativos que
confiaron en nuestro trabajo, hasta la más grande incompetencia y el mayor
maltrato por realizar un trabajo por el cual reciben un sueldo considerable; con
los asistentes y ponentes desde chicos sorprendentes con propuestas y trabajos
interesantísimos, hasta niños que no pueden leer la información que se les
proveyó y exigen casi una guardería para su total comodidad cuando de un
congreso de universitarios se trata; con compañeros del colegio desde los que
apoyan y reconocen el trabajo hasta los que confunden las cosas, hablan mal de
la organización pero, eso sí, quieren entrar a la fiesta de clausura habiendo
cupo limitado según las normas del lugar en donde se realizó y encima que se
les dé cortesías. En fin, hemos lidiado con todo tipo de personas, con un sinnúmero
de trámites y una lista de problemas inesperados. Sin embargo, la experiencia
fue tan rica que uno no se arrepiente por el trabajo no reconocido y el
reconocido, por el estrés y los buenos momentos que todo esto implica, por el increíble
cansancio que supone y lo agradable que es ver su resultado en sonrisas regadas
por todo el país, por tantas cosas que sólo los organizadores generales sabemos
por haber compartido la experiencia desde el inicio hasta el final y tener la
única visión global de las cosas. El que quiera la escuchará y la valorará por
lo que fue, el que no que juzgue parcialmente a partir de su experiencia sea
buena o mala. Al final siempre se habla del que hace y del que no hace no se
dice nada, ni bueno ni malo porque no lo vale.
“Tener tu vida de
regreso después de posponer todo lo posponible para fechas posteriores al 11 de
abril y pensar que tal vez tu vida durante el CONELL es la que ahora quieres
tener de vuelta” así resumo mi experiencia como organizadora general del
XII CONELL “Palabras en el tiempo: nuevos espacios, nuevas formas” Puebla 2014.
Revisado.
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